You love what you should hate, you hate what you should love.

Amamos lo que tendríamos que odiar, y odiamos lo que deberíamos amar. No solo cosas, sino personas, situaciones, lugares, olores, recuerdos... Lo más gracioso, es que lo sabemos, y no hacemos nada al respecto, gracioso no es la palabra justa, creo que la palabra que más se ajustaría a estos comportamientos humanos que tenemos es triste. Triste es que nos odiemos tanto, o nos queramos tan poco que siempre nos rebuscamos para sentirnos peor, pero haciendo lo que sea que hagamos, creemos que es lo correcto. Por mi parte, me había jurado no hacerlo nunca más, pero sigo haciendolo, me puse a pensar, para ver desde cuando lo empecé a hacer, y saben de qué me di cuenta? Lo hice TODA mi vida, toda mi vida hice lo que me parecía correcto, aún sabiendo que era lo peor para mí. Pero así seguimos nosotros los humanos, amando lo que tendríamos que odiar y odiando lo que tendríamos que amar... Claro,yo sabía que me había olvidado de algo que odiamos odiamos odiamos más que a nada yo creo, pero debería ser lo que más amamos , en realidad, es lo más importante en la lista, nada más ni nada menos que a nosotros mismos.