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Y yo la veía, muy triste, desolada, con una mirada triste y vaga. Me le acerqué y le pregunté, ¿estás bien? ella contesto que sí, con una sonrisa enorme pero muy falsa, yo la conocía muy bien, nos llevábamos tan bien, sabíamos todo la una de la otra, siempre que nos mirábamos  sabíamos lo que la otra pensaba y quería, hasta ese día en que ya no la pude reconocer. Pasaron los días y seguían esos ojos tristes, esa mirada vaga, y esa risa falsa, pero cada vez su cara se veía más deteriorada... Un día estábamos merendando, comiendo unas ricas tortas fritas sin grasa, con manteca ya que las dos eramos vegetarianas,se levantó, y se fue al baño, sin decir nada, quise seguirla, pero sin darme cuenta estaba dentro del baño con ella, mirando como vomitaba, sin saber que hacer, sin poder pararla, todo pasaba en flashes, mire al espejo, y allí estaba ella con su mirada triste,vaga,desolada, pero esta vez ya no tenía una sonrisa...