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Toda la vida esperando algo bueno, hasta que pensas que lo tenes, pero en realidad no lo era, era algo que te perjudicaba más de lo que creías, algo que iba a dejar cicatrices de por vida, que aunque trates de olvidar las heridas que en algún momento tuviste, nunca vas a poder, las cicatrices son mucho más grandes, al punto de dejarte sin aliento, sin ganas de sentir,  sin ganas de vivir... Aunque aparezcan y desaparezcan personas en tu vida, pensando que tal vez te pueden ayudar, no lo hacen las cicatrices siguen ahí, a veces se mimetizan, se camuflan como un camaleón, uno piensa que ya se libró que puede ser feliz sin importar más nada, pero no. Pensás, borrón y cuenta nueva, y ahora ¿de qué te sirve el borrón y cuenta nueva? Para nada, lo hecho hecho está, te curaste pero quedaron cicatrices, esas, incurables, de por vida.