Se dio cuenta de que las cosas no pueden ser artificialmente reales, las cosas son, existen, ESTÁN AHÍ. Nada que sea artificial podía ser algo bueno, decidió buscar la felicidad en cosas reales, cosas que no la molestaran, ni incomodaran, eran menos que las artificiales, pero con el tiempo, se iba a dar cuenta de que era lo mejor que podía hacer, vivir en un mundo REAL, que al fin y al cabo, seguía siendo malo, como el artificial, pero nunca peor...
Hola, ¡Muy buen post! Es un gran pensamiento Sabrina. Un beso, http://viviendodehistorias.blogspot.com.es/
ResponderEliminarYa tienes una seguidora mas:3
Me alegro de que alguien más piense así, voy a leerte! Un beso y gracias!!
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